A lo largo de la historia, los ricos y famosos han codiciado materiales naturales como el carey (caparazón de tortuga Eretmochelys imbricata) y el marfil. Esto llevó a que sucedieran dos cosas: el precio de estos materiales se volvió muy alto (lo que significa que realmente eran los ricos y famosos quienes podían pagarlos) y los niveles de existencias disminuyeron; entendiendo por niveles de existencias, a la matanza de miles de animales como la tortuga carey para satisfacer las necesidades de la burguesía.
A mediados del siglo XVIII, la caza de tortugas carey por su caparazón, había llegado al punto en el que casi provoca su extinción, similar a lo que pasó con el marfil, donde la demanda superaba con creces la oferta. Para darte una idea de la escala de lo que solo se puede describir como una matanza masiva, echa un vistazo a esta casa de muñecas que se exhibe actualmente en el : ¡el exterior está totalmente cubierto de carey!
Estos materiales naturales se utilizaban para todo: cuellos de camisa, estructuras para corsés, teclas de piano, mangos de cuchillos, monturas de gafas, peines y mangos de cepillo, por nombrar los más comunes
Algún tiempo después, un material llamado nitrato de celulosa había sido descubierto y estaba siendo utilizado en Inglaterra por Alexander Parkes. John Wesley Hyatt, un científico estadounidense, agregó calor, presión y alcanfor a este material y creó lo que consideramos el primer plástico exitoso. Este material fue muy popular y permitió la democratización de muchos bienes que hasta ese momento habían estado exclusivamente en manos literales del 1% de la población.
Sin embargo, el único problema con el nitrato de celulosa era que era altamente inflamable. Incluso hoy, se considera muy peligroso. De hecho, el almacenamiento de este plástico histórico, también es un problema importante, en 1929 hubo un gran incendio en un hospital de Cleveland, donde murieron 123 personas, el cual fue causado por negativos de rayos X hechos con nitrato de celulosa encendidos. Debido a este peligro, se cambió el material y en su lugar se desarrolló acetato de celulosa. El acetato de celulosa es más conocido por su capacidad para imitar el caparazón de una tortuga y es muy apreciado en la fabricación de monturas de gafas.
Si bien el desarrollo del plástico no detuvo totalmente el sacrificio, lo hizo lo suficientemente lento, como para que estos fantásticos animales, todavía estén presentes hoy. Estos dos materiales se conocen como plásticos semi-sintéticos porque se basan en celulosa en lugar de petróleo. No es hasta que el desarrollo de la baquelita, en el siglo 20, que obtenemos plásticos totalmente sintéticos. Pero incluso en este punto, los plásticos ocupaban un lugar privilegiado dentro de la jerarquía de materiales. Esto cambió después de la Segunda Guerra Mundial, donde la industrialización masiva y la producción de plástico alteraron su papel de ser un reemplazo muy apreciado de los materiales naturales a lo que lamentablemente ahora sabemos que puede ser: un objeto desechable de un solo uso, producido en masa, a menudo mal hecho.
Claramente, este alejamiento de la producción de plástico a pequeña escala ha producido resultados horribles para el medio ambiente natural. Pero la historia comienza a repetirse nuevamente y muchos de los nuevos plásticos que se están desarrollando se basan en celulosa, que se descompone naturalmente y se puede convertir en abono. Entonces, de alguna manera, ¡el acetato de celulosa nuevamente está salvando a las tortugas!
Puedes ver el proceso de fabricación del acetato de celulosa en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=kLwN0lHGQ-c&feature=emb_logo
Tambien puedes descargar la infografía para idetificar el carey en el siguiente link: #YoNoComproCarey
Fuente:
Artículo editado el 4 julio, 2021 7:33 pm
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